Vidalera |
La vidala es una forma de composición poética que
generalmente se acompaña con guitarra o caja y se canta a una sola voz. En
Jujuy se le llama "yaraví". No debe confundirse con la
"vidalita".
Se entonan sobre todo durante el carnaval. La forma de
estas composiciones está condicionada por el texto: coplas solas, quintillas o
sextillas y más a menudo, coplas con estribillos intercalados a los que a veces
se agrega una trova.
Se dice que la vidala nace en los montes de Santiago del
Estero como rituales desconocidos. Es un ritmo que llena de vigor a los cuerpos
que la rodean, según la mitología santiagueña. Narra la vida del monte. Su
poesía es muy difícil de entender, a veces, indescifrable como el mismo monte. No
tiene danza
"La embocadura del destino del santiagueño, la
tristeza, el dolor"
La vidala es el único canto coral. Cuando el paria,
después del alcohol y de la danza, cae en la embocadura de su destino, que es
el dolor, apela a la "vidala" para cantar en coro su íntima pena.
Hacinamiento derrotado que se apuntala con la fuerza
prestada de cada uno, restos carnavalescos conjurados en torno a la fiesta:
esto es el coro.
En vano ensaya sostener su alegría en la vidala; el eco
devuelto a la inmensidad del campo es un alarido multánime, una sola queja
largamente plañida.
La vidala traspasada, amarga, es el parche de la caja y
la gran pena multiplicada del hombre que busca en el abismo de la noche para
sentirse vivir.
Esta tristeza de la vidala, en plena alegría de la
fiesta, se explica en la letra y en su música; el hombre estuvo a solas con su
dolor.
El canto individual limpia el alma de la tristeza; el
coral, en cambio, activa la pena, se agremia, en un solo sentimiento de
liberación y solo presenta su propio drama, ajeno al drama de todos, absorto en
su propio dolor.
Ni siquiera sabe que la voz gemida en conjunto es la
queja de todos.
Orestes Di Lullo
La Vidala. Ediciones Folkloricas Kodex. Carlos Vega
Especie musical que se entona preferentemente durante el
carnaval. Se acompaña con percusión de caja o tambor.
Los elementos que forman sus estrofas son tres, copla,
estribillo y mote.
Los dos primeros son imprescindibles, el mote (agregado)
puede faltar.
El mote es una estrofilla generalmente pentasílaba que,
con asunto de lo común independiente se intercala entre las estrofas de la
canción, en este caso vidala, y en algunas ocasiones entre los versos de la
copla, como "joi joi": tomado.
La vidala pertenece a un sistema musical propio de
Sudamérica con buen espacio de la vida en el Siglo XVIII, siendo una canción
exclusivamente argentina por sus estructuras musicales y poéticas que invade
las regiones del antiguo Tucumán y, es evidente de su complejidad porque acusa
diferentes sistemas musicales, siendo su rasgo, la permanente bimodalidad (modo
mayor y modo menor) con cuarta aumentada.
"La vidala por Mariano Roberto Paz"
Es típico que el santiagueño de la campaña es reservado,
reconcentrado y hermético.
El hombre de la ciudad, el refinado por la civilización
es capaz, por conveniencia, de ocultar sus sentimientos y emociones.
Sin embargo, hay 3 ocasiones en que nuestro campesino
depone su reserva y se entrega libremente a la expresión de lo que se agita en
su alma. Esas tres ocasiones le dan: la muerte, el dolor y el alcohol.
La muerte le impone dolor, tristeza y lágrimas viriles
como un rito.
En el amor todo transcurre calladamente, sin transportes
ni efusiones. En el campesino el amor es flor de silencio y soledad; es el amor
que se canta en las vidalas, allí abandona el silencio, busca de las palabras
para comunicar sus sentimientos.
Hay infidelidad, pena de ausencia, amor no correspondido,
la tristeza del olvido, la herida del recuerdo.
La vidala, canto de amor del santiagueño, es canción del
carnaval. Se la concibe y se realiza para esas fechas; hay una pervivencia
inconsciente de prácticas antiquísimas.
El Carnaval es el sucesor de los antiguos
"bacanales", "Saturnales" y "lupercales" en que
se rendía desenfrenado culto al amor.
"Mirarse por dentro" por Daniel Heffes
(conductor radial de la plata)
Hay una inclinación a pesar que es políticamente correcto
decir que uno disfruta, por ejemplo, de un blues, pero no pasa lo mismo si lo
que suena es una vidala, la forma musical más comparable de nuestro folclore
con el lamento del pueblo negro de EEUU.
Opinión de Silvia Long-Ohni - Diario La Nación, 14 de
agosto de 2010.
La vidalita es una forma musical no danzable auténtica
del folclore argentino y uruguayo, tal vez emparentada con la vidala, con la
que a menudo es confundida, pero esta última tiene más obvias raíces quichuas.
Wilkes(?), cree que la vidala desciendo del "yarahué", al que
asimismo se vincula al "yaraví" de tono sentimental, mientras que la
vidalita pampeana no sería de origen andino sino deudora de una melodía zaragozana.
La vidala posee versos octosílabos y responden a un pie
rítmico de una nota breve y otra larga.
La vidala es una forma cantable que se acompaña
generalmente con caja o tambor; en tanto que la guitarra, que puede no estar,
acompaña solo con acordes arpegiados o rasgueados.
Se trata de una de las más bellas canciones folclóricas
argentinas, nutrida musicalmente por un antiguo modo andino en cuanto a lo
tonal con claras influencias europeas perceptible en los elementos poéticos,
coplas, estribillos y motes.
La vidala expresa hondos sentimientos y más trágicos que
la vidalita; se asemeja a la baguala pero tiene más riqueza musical y poética.-
Isabel Aretz - Opinión
Dejando de lado la errada creencia de que toda nuestra
música nos llega de Europa, al penetrar tierra adentro se percibe la existencia
de una Argentina poli musical.
Músicos que hablan de un mundo quechua y aymara y de un
mundo diaguita-calchaquí, que españolizó su poesía subyacente junto al mundo
criollo.
Entonando una vidala
por Julio Rodríguez Ledesma
El rezador o rezadora que entonaba las letanías en el
velorio, creó la conjunción del canto a la vida por la muerte. LA búsqueda del
misterio a través del dolor, armonizó la orfandad cósmica del santiagueño y así
nació el dúo.
Las cajas templaron el alto y el bajo, la vidala irrumpió
en las mingas de las cosechas anuales, mimetizándose desde el bosque a las
salinas, desde la selva a las sierras.
Era la hondura abismal del quichua, unida al credo
político español. Madre americana, padre europeo, hijo criollo.
El Dr. Ezequiel Leyría fue el primer estudioso de la
vidala, avanzando desde la metafísica escolástica hasta llegar al paganismo
mitológico sudamericano.
Atahualpa Yupanqui advierte su trascendencia folclórica
en sus andanzas por Salavina y de la mano del Soco y Cachilo Díaz. Por eso
bautiza a Santiago: "La Comarca Embrujada".
Origenes de La copla americana - La vidala-
"Santiago es Musical" Guillermo Tagliotti
Pretéritamente los andinos acompañaban los sonidos de sus
instrumentos de percusión, especialmente la caja, con elocuentes fonaciones
guturales literalmente irregistrables.
Una versión primaria de la lírica operística, si
consideramos en "el bel canto" prevalecen el tono, la afinación, la
intensidad y el color (la dramatización) por sobre la dicción textual.
Las primeras partituras indianas, probablemente varios
siglos atrás por misioneros e indígenas adoctrinados por la Compañía de Jesús,
han sido encontradas en Chiquitos, Bolivia.
Alcides D'Orbigny, joven francés, investigó durante ocho
años la historia natural de América del Sur y publicó 9 tomos en París entre
1835 y 1847 bajo el título "Voyage das la L' Amerique Meridionale"
que contiene partituras de cantos indígenas.
Un siglo después, Leda Valladares, registra en su
grabador los ecos de los sonidos ancestrales amerindios y mestizos.
Hay tonada de 2,3, 4 y 5 notas como si buscaran la
pentafonía que abunda en Tarija.
Pancho Cabral: su apreciación
La vidala chayera se canta entre Catamarca y La Rioja,
aquí nace y desde aquí parte.
Convergen formas musicales que a ratos parecen
superpuestas, tal es el caso de la vidala y la baguala.
Comparten el mismo ancestro, son de la misma familia y
ocupan sus respectivas regiones: baguala en Salta y Jujuy, vidala en Tucumán y
Santiago del Estero y la vidala andina en Catamarca y La Rioja.
Son todas vidalas pero, cada una con su acento, su
paisaje, con golpes diferentes de caja o tambor.
La vidala según Vicente "Morenito" Suárez
Es una larga e íntima canción, grave, que trata de
asuntos profundos, la ausencia, la conquista amorosa y, en la época de los
obrajes, se carga de tristeza y se nutre del largo silencio del bosque.
La que se canta (o cantaba) en Santiago, se basa en una
trova o verso o copla que va siendo modificada allá por la década del'30 o '40;
se hizo música de los barrios y llegó al centro de la mano de los indios
vidaleros en las comparsas de los carnavales. Vidalas bailadas.
Los indios de las comparsas que interpretaban las vidalas
eran de los barrios: Huaico Hondo, Las Cejas, El Vinalar, Cantarranas,
Tarapaya, Chumillo y del borde del Rio Dulce.
La vidala es una serenata santiagueña por antonomasia. La
interpretada en Atamisqui se tocaba con caja chirlera, hoy lo hacen con bombo.
La vidala que se interpreta en la zona del Rio Salado se ejecuta
a 2 cajas afinadas a dúo y golpeadas en forma discontinua.
Cristian Ramón Verduc. Musico, conductor radial de
programa folklórico
Considero que la vidala es la expresión cantora más
antigua de nuestra tierra entre las que están vigentes. Es una expresión bien
criolla y de honda raigambre en nuestra provincia, a la que debemos valor y
sostener.
La vidala en nuestros artistas plásticos
El folclore es uno de los temas de casi todos los
artistas plásticos santiagueños. Haciendo un pequeño sondeo, se rescatan a los
siguientes:
Mateo Martín López: nació en 1899 en Almería, España y en
1928 se radicó en Santiago y se naturalizó argentino. Pintor paisajista, que el
cuadro "Los vidaleros" tuvo una historia muy especial. Esta pintura
adornaba uno de los salones de la Casa de Gobierno y en la famosa asonada
denominada "El Santiagueñazo" en diciembre de 1993,esta residencia
gubernamental fue incendiada. Según trascendidos, este cuadro, fue salvado y
rescatado de las llamas y se encontraría nuevamente en la sede del Poder
Ejecutivo de la Provincia en Mesa de Entradas.
Este cuadro que Martín López lo pintó en 1953 y estaba
expuesto en el Museo de Bellas Artes Ramon Gómez Cornet, fue llevado en 1974
por el Gobernador Carlos Arturo Juárez a la Casa de Gobierno.
Juan Carlos García: nació en 1931 en Santiago .
Dibujante, grabador y una de sus obras se denomina "El Vidalero".
José Antonio Soria: nació en 1893 en Villa Atamisqui y
fue escultor y, entre sus obras encontramos una denominada "Los
vidaleros".
Rafael Delgado Castro: (21-5- 1889, Andalucía, España-
13-6-1957, Santiago del Estero) modeló una escultura denominada "El
Vidalero".
Absalón "Absha" Argañarás (12-8-1903 //
21-8-1980 Santiago del Estero) pintó un óleo denominado "El
Vidalero".-
Angel Vicente "Vichy" Garay, plástico bandeo
pintó en óleo el cuadro "Vidaleros".
Frase encontrada de autor desconocido
"Dice la leyenda que las salinas se formaron con el
llanto de todas las vidalas, con el ¡ay! de todas las ausencias, con las penas
producidas por todas las ingratitudes".
La caja, el instrumento de la vidala. Rubén Pérez Bugallo
Tamboril prehispánico de tamaño variable compuesto por un
cuero cilíndrico de mayor diámetro que altura y 2 parches de cuero cocido a
sendos aros y unidos entre si por un cordel en zig zag.
La caja santiagueña tiene hasta 30 centímetros de
diámetro por 11 de altura. Su cuerpo es un tronco de ceibo excavado a cuchillo
o gubia. Sus parches son vizcacha, unidos por una correa sin nudos, ni
presillos.
La bagueta se confecciona con una rama a la que se
descorteza y adapta, mediante ataduras de tientos, un abultamiento de lana
envuelto en cuero crudo en uno de sus extremos.-
Domingo Faustino Sarmiento dijo de la vidala:
"El pueblo campesino tiene sus cantares propios. El
triste (los), que predomina en los pueblos del Norte, es un canto frígido,
plañidero, natural al hombre en el estado primitivo de la barbarie, según
Rousseau. La vidalita es un canto popular con coros, acompañado por la guitarra
y un tamboril (por la caja)...este canto me parece heredado de los indígenas,
porque lo he oído en una fiesta de indios en Copiapó, Chile...".
La testimonial y homofónica "vidala del
altiplano" o aymará, se sitúa enfrente de la "chayera" o "chayera
riojana" que ligado a las cosechas difuma un tono festivo y un mensaje
alabancioso. En medio, la vidala santiagueña, refleja ambas tesituras y anexa
rasgos propios, como la cualidad amable saludo (que espera contesto) y de
acelerar el repique pal carnaval.-
Un derivado del zejel árabe. El Liberal 1 de julio del
2003
Según Nicandro Pereyra, la vidala sería un derivado del
zéjel árabe que ideara Muccadam Ben Muafa, el Ciego de Cabra, coetano del Emir Abdallah y de
Abderraman II y su semejanza consiste en que ambas tienen mudanzas y
estribillos.
Es una creación peculiar americana con antecesoras que
guardan semejanzas: las glosas,
Y, si como afirma Menéndez Pidal, el zéjel es la forma
arcaica de la glosa, sería innegable el origen árabe de la vidala.
Juan Alfonso Carrizo cita un zéjel del poeta gallego
Pedro de Ponte que vivió en el siglo
XIII una e cuya estrofa dice: "¡En forte pont' eu
fui nado/Señor por vos e por mi/ señor de corpo delgado/en forte pont' eu fui
nado/ Que nunca perdí cuidado/ Nen afán, de que vos vi/ En forte pont'eu fui
nado/ señor, por vos e por mí!
Como se puede observar, el estribillo se entremete en las
estrofas formando una sola pieza con ellas, pues riman el primer verso con el
tríptico monorrimo y el segundo con el cuarto.
La mudanza está constituída por una estrofa de 2 o más
versos que pueden tener o no, medida uniforme.
Hay casos de vidalas con una sola mudanza, pero a menudo
se organiza con varias estrofas que deben ser iguales entre si en cuanto a
metro y acentuación.
La rima, así como el número de versos, el metro y el
ritmo, es también la más bella manifestación de la libertad, afirma Nicandro
Pereyra y cita a María A. Agüero que expresa: "Oh, voz libre, sin vaso,
sin metro solo cabe en guitarras".
Por su parte Orestes Di Lullo sostiene que la vidala es
una canción de Carnaval y que constituye lo que podríamos llamar el verdadero
cancionero autóctono de Santiago del Estero.
De tres mil versos de vidalas que recopiló Di Lullo,
solamente 44, señala Juan Alfonso Carrizo como de origen español.
La vidala y nuestros poetas
Honda tristeza norteña/ que estremece el quebrachal / de
donde viene tu canto/de donde tu soledad/ que dolor de raza vieja/ que angustia
de salitral/ viene golpeando en tus cajas/ cuando llega el carnaval.
Tus coplas cardón herido/ poesía amarga de sal/ urpilas
tristeza que gimen/ en la sed del arenal/ tus cajas lunas redondas/ con voz de
polvareda l/gargantas mustias sedientas/ roncas de tanto gritar.
Pena nochera del chango/ que en monte callará/ cuando al
alba las estrellas / se desmayen de soñar/ todo el noroeste dolido/entre drama
secular/ toda mi tierra en tu canto/ estremecido andará.
Vidala, grito del hombre/ herido en su desvelar/ queja
que rompe el silencio/ del bosque y del llanural / porque eres triste si naces/
anunciando el carnaval/ porque lloran las trincheras/ cuando escuchan tu
cantar.
"La caja" de Dardo del Valle Gómez
Redonda como un vientre/ en las nueve lunas/ la caja es
el pájaro dolido/ del hombre que canta/ mientras el rescoldo del verano/ le
cuece los pucus/ y la vida silenciosamente/ le trepa por las carnes.
La caja es su nostalgia/es su ayer, su hoy/ es su mañana/es
su madre, su novia/ es también su hermano.
Es el pan que tantas veces/ le niega la jornada/ la caja
tiene una hostia/ en cada cara/ para que golpeen los cantores/ que quieren
comulgar con la vidala.
Versos de Carlos Scheffer Gallo
"Con la caja aborígen en los cerros/ el tiempo está
cantando tu alabanza/ el violín legendario de tu rio/ cuatro siglos enhebra en
sus vidalas".
"Oyendo una vidala" De Marcos Figueroa
Se oye un aire triste/ cantan la vidala/ entre manos
hábiles/ llora la guitarra/ y con sorda nota/ da el compás la caja.
Fue un hermoso tiempo/ cuando la escuchara/ por la vez
primera/ una noche cálida/ mientras el silencio/ plácido reinaba.
Increíble queja/ honda y solitaria,/un candor plañía/ por
la prenda amada/ queja sin consuelo/ de nativa traza porque se había perdido/
toda su esperanza.
Oh! el cantor venido/ de la selva intacta/ oloroso a
flores/ de silvestres plantas/ tierna vidalita/ breve, humilde y casta/ del
aroma íntimo/ como aquel que guarda/ junto a los caminos/ fresca flor de alava/
con tu ritmo ingenuo/ dejas añoranzas/ en la raza nueva/ por la muerta raza.
Tierra de leyendas/ tierra ardiente y llana/ madre
santiagueña/ de fecunda savia/ llevan tus cantares/ miel, dolor y ansias/
cuando lo más hondo/ de tu entraña cantas.
Sigue el aire triste/ cantan la vidala/ entre manos
hábiles/ llora la guitarra/ y con sorda nota/ da el compás la caja/ porque
había perdido/ toda su esperanza.
"Romance a la vidala" de Alfonso Pocho Nassif
Himno agreste...trova errante/ médula del bosque inmenso/
tu queja es siempre la queja/ escondida en su secreto/ croquis vertical del
pulso/ que a golpe dibuja versos/ el monte es solo el compás/ de la sangre y su
recuerdo/ viene la voz de la estirpe/ en tiempo, noche y misterio/ voz del
abierto a cuerdas/ surc o vital, sangre y cielo/ en la tierra enamorada/ que se
alza en lamento y ruego/ sombra de un canto que llora/ alma de un rancho que es
eco.
Saben del amor y el canto/ vibran de poemas y anhelos/
tum,tum,tum los llama adentro/ asi van los peregrinos/ viviendo adentro del
pecho/ pulsando dos cueros hondos/ tras un fantasma andariego./ Y cuando el
vino se canta/ al pie de algún sol moreno/ yo también voy por la noche/ por la
emoción de mi pueblo./ Tenso temblor palpitante/ tanta queja, tanto sueño/ tum,tum,tum,
como palpita/ tanto dolor en secreto./ Himno agreste...trova errante/ médula de
un grito abierto/ llanto del norte sufrido/ sangre que mojará el cielo.
Santiago y su comarca embrujada. Atahualpa Yupanqui
"soy de la tierra de los calores/ donde florecen
hermosas flores/ soy santiagueño, bésame sol". Reza el hombre su vidala
.La selva es su templo, el arenal, la sombra del algarrobo o el desierto. Pero
ahí está el hombre santiagueño durante 4 siglos esperando la hora azul de la
tarde para colgar el fantasma de la soledad en lo alto de una copla:
"Cuando se calla la tarde, me pongo a mirar el sol. Si ella me quiere
pobre no soy".
La caja es la luna llena de la vidala .El tum,tum de la
caja no es la resonancia de un mero golpe, dado con el solo objeto de fijar un
ritmo. Quizás lo sea para el forastero, para el que oye desde afuera, para el
que no tiene miel de palo y un hondo grito desesperado diluidos en la sangre.
El son de la caja contiene el jadeo sublimado de la tierra.
Cuando nace el misterio de la vidala, nace el salmo
ungido por los fervores más puros del alma humana. El hombre está rodeado de
todas las lejanías necesarias para el advenimiento del canto.
Al levantar la caja hasta la sien, al casi reclinar su
cabeza, para escuchar el ´primer sonido wque ha de orientar el tono cabal de su
melodía; al sentir que se anudan en su alma todos los caminos, al tener
conciencia de que la selva esta junto a él, como un altar apretado de nidos, de
viejos mensajes, de abuelos en sombra, al ver que asoma la luz de la primera
palabra de la vidala, el hombre sabe ya que está a punto de cumplir con todos
los dioses que manejan el aire, la arena, el árbol, la luz y la sangre de su
tierra.
Entonces sí, ya puede cantar abiertamente su copla.
Salavina, Sunchio Corral, Campo Gallo o Atamisqui,
Troncal, Añatuya, Real Sayana o La Banda, Sumampa, La Cañada o Monte
Redondo...Por los 4 rumbos de "La Comarca Embrujada" ruedan los ecos
del tamboril vidalero.
Nadie puede debilitar su sagrada quejumbre, porque ella
no es solamente un hombre y su tambor, sino el hombre y su universo, la
criatura humana, apretada de miedos, de anhelos y fervores ,de amor y de
humildad, ayudándose con la luz de su canto para contemplar el misterio del
mundo, su propio misterio.
La guitarra-jaguel de soledades- se abrazó con el hombre
en la magia de la vidala. Y muchos viejos quichuistas, algunos ciegos, ofrecían
en la sobretarde del salitral o de la selva el tímido lloro de los violines,
tocando una vidala, sin más palabras que las que musita el alma arrodillada de
quien reza su canto "soncko icumpi"(corazón adentro).
Vidalas para el amor y la amistad, para el carnaval y el
regocijo abundan en el cantar popular santiagueño.
El solemne temor del hombre-niño. Ese imponderable que,
como las espina de la penca, vuela apenitas y se clava en la arena y desde ese
momento ya es otra penca, ya es planta. Y ahí se queda. Hasta la muerte -cuando
no- tiene sus vidalas.
Y son distintas según la hora. Entre alabanzas y
liturgias transcurren las etapas de un velorio en el monte o allá en Salavina.
Pero cuando la noche está cumplida, cuando hacia el naciente el cielo ya no
tiene estrellas y empiezan a desmayarse los azules de la madrugada, las
ancianas rezadoras organizan el ritual de la vidala.
Una voz solista llevará´ la responsabilidad del canto
"El canto del viento" de Atahualpa Yupanqui -
1965.
Me está quemando en el pecho/ la copla de la vidala/ y
ando solo por el monte/ no tengo bombo ni caja.
La vida es todo caminos/ todo arenal y distancia/ y esta
copla ensimismando/ mi corazón con su brazo.
Allá por sobre los montesa/ la luna redonda pasa/ ay si
pudiera ayudarme/ ay, si la luna bajara.
Si la tuviera en mis brazos/ tendría la mejor caja/ para
tinkiarla despacito/ mientras suelto la vidala.
Para cantarle a Mailín/ as Añatuya y La Banda/ a Herrera,
Suncho Corral/ a Salavina y Barrancas.
Y andar por todo Santiago/ con una luna por caja/ después
perderme en el monte/ buscando la Salamanca.-
Encuentros de vidaleros y quichuistas en Fernández
El encuentro de Vidaleros, Quichuistas y Artesanos, se
realiza anualmente en la ciudad de Fernández, organizado por el grupo Sapyman
(desde las raíces).
La idea surgió de un grupo de inquietos maestros que
estudiaban quichua en los cursos dictados por la Profesora Ilda Juárez de Paz.
Estos encuentros datan de 1998 y tenía como objetivo,
nuclear a todas aquellas actividades relativas a la música, a la lengua quichua
y a las artesanías.
Lo valioso de esta experiencia cultural es que se ha re
significado la figura del cantor y la cantora popular de vidalas.
Siempre visitan esta celebración, investigadores de
universidades, atraídos por un interés etnográfico.
Mauricio Cucien, alumno de Leda Valladares, acude en
busca de recopilar vidalas escondidas que luego vuelca a sus alumnos en Buenos
Aires en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Por Casilda Chazarreta aara El Liberal, 31 de julio del
2016
"Vidala habla por mi"
En la Estación de trenes del Ferrocarril Mitre de
Fernández, donde se realiza el clásico Encuentro de Vidaleros, hay una pintura
con el lema del encuentro: "Vidala habla por mi", obra de la artista
plástica porteña Ana Candioti: "Vidala habla por mí, dale una explicacion,
dile lo que siente mi corazón, siento que la quiero, mas no la puedo olvidar,
me hace sentir, me hace soñar y también recordar, vidala: habla por mí".
Vidaleros santiagueños
El santiagueño tiene como identidad la música y el
paisaje de su terruño. Cuando designamos música, hablamos de la música
propiamente dicha, canto, baile y ejecución; y cuando hablamos del paisaje, nos
referimos del amor a su hábitat, costumbres, ritos, leyendas.
Y a estos símbolos los ama, defiende y protege
permanentemente, donde se reconoce y reafirma su cultura.
Nuestra geografía santiagueña, ha parido, pare y seguirá
pariendo cultores en todos los rincones de su mapa.
Hemos explorado en archivos y en memoriosos y, se ha
recopilado numerosos vidaleros de nuestro pago.
No hay un orden cronológico en su nominación, como
tampoco intérpretes exclusivos, pero es obvio de mencionarlos porque fueron
autores, compositores y actores de este canto auténticamente santiagueño.
Citamos:
Juan Pedro "El Ruso" Aguero: vidalero, trovero,
autor, compositor del barrio Las Cejas. Toda su familia fue vidalera; sus
hermanos Néstor y René integraron el conjunto Los Tobas.
A su casa frecuentaban figuras notables del folclore como
Atahalpa Yupanqui, los Hermanos Díaz, los Hermanos Abalos y muchos más.
Falleció el 24 de octubre de 1968.-
Manuel Antonio Banegas: vidalero con caja de Tala Pozo,
padre de los afamados Coco y Horacio.
Pedro Evaristo Díaz: autor y cantor de vidalas que lució
en su reducto gastronómico y símbolo folclórico "El Rincón de los
Artistas".-
Sixto Palavecino: oriundo de Barrancas que, junto a sus
hijos Rubén, Haydeé y Carmen, fueron autores, compositores de vidalas cantadas
en quichua.-
Los Morochos Santiagueños: del barrio Huaico Hondo;
integraban: Leandro "Ovejita" Guzmán que ejecutaba la armónica y
Leopoldo González Neirot, vidalero con caja. Este último, fue tío del afamado
Froilán González y pionero en la construcción de bombos.La zamba "Pa
Santiago me voy" de Morenito Suárez alude a Don Leopoldo: "...que me
traigan algún bombo/ esos que hace Don González/ en el barrio de Huaico
Hondo".-
Juana Rosa Neirot de Gonzalez y Ramón Rosa González:
vidaleros santiagueños con caja. Doña Juana, cuidaba de niños a los hermanitos
Abalos, es decir que, el exitoso conjunto tiene que haber abrevado de corta
edad las vidalas.
Marcelo Raúl "Machaco" Ábalos: integrante de
Los Hermanos Ábalos, fue el cantor de vidalas del conjunto.
Julio Domingo y Andrés Roberto Ayunta: vidaleros,
compositores e integrantes del Alero Quichua Santiagueño.
Guillermo "Fatiga" Reynoso: vidalero,
compositor y figura de Los Manseros Santiagueños.
Casilda Chazarreta: vidalera con caja, quichuista,
difusora de nuestra cultura en Radio Nacional.
Los Basharos: músicos autodidactas oriundos de Pozo
Grande a que caminaban 8 km. hasta Suncho Corral para hacer conocer su canto y
lo integraban: Pepita La Ñaña vidalera con caja, Uki, Rafael y Adrián
Leguizamón.
Dúo Suarez-Palomo: el más conocido dúo vidalero que ha
dado Santiago a nivel nacional. Ejecutaban vidalas a 2 cajas, destempladas y
canto a dúo. Eran casi perfectas sus interpretaciones que, Leda Valladares los
invitó a un encuentro de vidaleros y bagualeros del norte argentino.-
Genibero Cáceres: vidalero sumameño que hacía contrapunto
con Juan Orellana.
Nicolás Bravo: viejo poblador de Loreto, cantor de
vidalas y estilos. Autor de "Pintu mayu sapi" y "La
Ayunchera".
Martin Bravo "Gaucho Pobre": oriundo de Ventura
Pampa, Villa Atamisqui, vidalero, coplero.-
Ángel Coronel: nació en 1876 en La Vuelta de la Barranca.
Violinista y vidalero. Le dictó a Oreste Di Lullo más de 150 vidalas y trovas.
Los hermanos Ibáñez: famosos vidaleros bandeños que Pablo
Raúl Trullenque los evoca en su escondido "Fiesta grande en
Santiago".
Domingo Bravo: reivindicador del quichua santiagueño,
investigador, catedrático, escritor, poeta, autor y cantor de vidalas.
Sebastián Barraza: vidalero bandeño.
Roberto Pajón: Vidalera con caja.
Pancha Gallardo: vidalera con caja.
Nelly Llorens: vidalera santiagueña con caja, madre de 12
hijos, 2 de ellos desaparecidos víctimas de la Dictadura.
Olga Bravo: vidalera, autora y compositora, esposa de
"Fatiga" Reynoso. Nació en Rosario y criada en Atamisqui.
Julio Rodríguez Ledesma: vidalero atamisqueño, autor,
compositor, escritor, conferencista, quichuista y difusor de nuestra cultura.
Ciríaco Contreras: vidalero quichuista salavinero.
Elpidio Herrera: autor, compositor, vidalero y luthier
atamisqueño.
Luis Navarrete: vidalero nacido en Pampa Atun,
Departamento San Martín el 25 de agosto de 1915, radicado en Estación Robles.
Pedro Miguel "Cala" Loto: vidalero, quichuista
de Fernández, figura clave del Encuentro de Vidaleros de La Capital del Agro.
Albeto "Beto" Mansilla: Vidalero de Fernández,
autor, compositor; Director de Cultura de esa ciudad y uno de los mentores del
Encuentro de Vidaleros y Quichuistas. Líder del grupo La Greda.
Sapiman:(De nuestras raíces) agrupación que nació en 1996
en Fernández.
Corazón de madera: conjunto de Villa Salavina que estuvo
integrada por Antuco Aguirre, Llamu Díaz, Mauro Díaz, Cirilo y Mario Aguirre.
Estanislao Barrera y Marcelo Coria: cantaban a dúo
vidalas con caja en el viejo Loreto.
Hector Luján: vidalero de La Dormida que hacía dúo con su
hija Norma y su hijo Arturo, según la ocasión.
Zenon Revainera: vidalero de Villa Atamisqui, que murió
en el escenario de un festival interpretando una vidala.
Jesús y Francisco Gómez: vidaleros loretanos.
María y Antonia Sosa: vidaleras de Villa Atamisqui.
Rosario y Manuel Roldán Benavidez: notables vidaleros de
Villa Atamisqui. Don Manuel es evocado en canciones y concurría habitualmente
al grupo cultural La Brasa.
Domingo Revainera- Lastenia Castaño- Conrado Pérez-
Miguel Urtubey- Emilio Peralta- Dionisio Escalada- Jerónimo Coronel- Bautista
Carabajal- Juan Y Manuel Persalta: todos vidaleros atamisqueños.
Humbi Contreras- Llamu Diaz- Dolores "Niño"
Coria: todos vidaleros con caja de Salavina.-
Antuco Aguirre Y Mauro Díaz: vidaleros violinistas
salavineros.
Carlos Roldán: vidalero con bombo de Villa Salavina.
Los Fogoneros: conjunto santiagueño que integraron: José
"Sori" Díaz, Guillermo Orellana y Carlos Orieta.
Duo Aleromanta: Guilli Orellana y Cristian Verduc,
santiagueños.-
Dúo Quichuamanta: Marcelo Salvatierra y Cristian Ramón
Verduc, santiagueños.-
A todos estos cultores, agregamos los siguientes: Fidel
Fernández- Mauricio Navarrete- Maga Ledesma- Isidoro Sayago- Ciriaco Correa-
Antu Ibáñez- Primitivo Guzmán- Ramiro Orellana- Darío Álvarez- Lucho Corvalán-
Aldo Juárez- Titi Bustamante- Bernardina Sayago- Justo Pastor Cisneros- Las
Cantoras Con Caja- Ramón Piri Leguizamón- Luis Pishquín Rodríguez. Valentín
Pajón- Jose Marcelino Ruiz- Luis Antonio Jerez- Graciela Bravo.
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